Ayer vi en directo a este señor. Salió al escenario fumando compulsivamente, con un tetrabrick de zumo de naranja, una manzana y un colocón importante. Al principio me asusté un poco, empezó regular y pensé que podría no estar a la altura de sí mismo. Pero a la tercera canción ya me tenía comiendo de su mano, como siempre. Creo que tiene un talento especial -genial, diría- que trasciende su pose perfecta, su malditismo trasnochado.
Lo recomiendo vivamente.
Lo recomiendo vivamente.
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