Ahora que la nostalgia apremia, que el verano se dió por vencido y madrid se cae a cachos sobre las aceras, que todas las mañanas tirso de molina, sol, gran vía, tribunal (bilbao, iglesia, rios rosas, cuatro caminos, alvarado, estrecho, tetuán, valdeacederas, y por fin plaza de castilla). Ahora que peleo en el metro por un asiento con los ojos entrecerrados, que llego al barrio de los hombres grises pero no soy momo, y hay también mujeres grises, y hasta yo resulto un poco gris de camino a mi oficina blanquísima. Ahora que las ilusiones se agolpan aporreando las ventanas y les abro la puerta (están hartas de esperar) y las recibo y las invito a un café, y discutimos durante horas los pormenores. Entonces regreso con una sonrisa a pesar de que es de noche y hace frio, a pesar de que no llueve nunca, a pesar de que no huele a mar. A pesar de que, ahora, mi imagen de la felicidad es, entre otras, sentarme en un bar a alegar (me reservo los detalles) cualquier noche de martes o miércoles, o jueves, sin el apremiante peso de la tarjeta de embarque en el bolsillo. Ahora, que me apetece, voy a intentar este blog (de notas)
Hace 6 meses
2 comentarios:
te va a estallar el pecho!!!
te quiero,se
Cuando tenga tiempo y algunas penas menos quedamos y me llevas a okupar el presente en esa ciudad nuestra.
Eres gigante, shei! Y yo te adoro, te quiero. Gua.
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