viernes, 29 de febrero de 2008

18- "Elecciones insólitas"

“No está convencido.

No está para nada convencido.

Le han dado a entender que puede elegir entre una banana, un tratado de Gabriel Marcel, tres pares de calcetines de nilón, una cafetera garantida, una rubia de costumbres elásticas, o la jubilación antes de la edad reglamentaria, pero sin embargo no está convencido.

Su reticencia provoca el insomnio de algunos funcionarios, de un cura y de la policía local.

Como no está convencido, han empezado a pensar si no habría que tomar medidas para expulsarlo del país.

Se lo han dado a entender, sin violencia, amablemente.

Entonces ha dicho: 'En ese caso, elijo la banana'.

Desconfían de él, es natural.

Hubiera sido mucho más tranquilizador que eligiese la cafetera, o por lo menos la rubia.

No deja de ser extraño que haya preferido la banana.

Se tiene la intención de estudiar nuevamente el caso.”

Elecciones Insólitas. Último Round. Julio Cortázar

jueves, 28 de febrero de 2008

17- tiritin tin tin tin...

Sí hombre sí ¿no te acuerdas? era uno muy raro, en la dos ¿cómo se llamaba? era la época de la bola de cristal, y tenía un plató blanco y había un vagabundo con un carro de la compra lleno de libros, o algo así, y a veces daba miedo, yo cambiaba de canal pero volvía a ponerlo, como hipnotizada por aquella musiquita: tininini tititi tininini tititi tininin nin nin nin...

miércoles, 27 de febrero de 2008

16- ratapult




(Volaaare, oh, oh)

http://www.banksy.co.uk/menu.html

martes, 26 de febrero de 2008

15- (Chan-chán)

Ha llegado la hora de tomar...


...determinaciones.

lunes, 25 de febrero de 2008

14- ...de un mundo raro.

Soñé que volvía allí, era verano, y me recreaba en el secreto placer de andar calle arriba mientras todos dormían.
La calle me devolvía los olores y los sonidos de entonces, aquellos que se quedaron congelados en mi cerebro. El mundo, ese otro mundo, se movía sin importarle quién era yo, ni de dónde venía, y a mí tampoco me importaba mientras andaba, calle arriba, entre la gente.
Sonidos y olores de invierno en una noche de verano, andando calle arriba mientras también yo dormía.
Fue anoche. Soñé que volvía.

13- La noticia del día



Padam, padam, padam...

viernes, 22 de febrero de 2008

11- Valores cromáticos

En el barrio de señores grises y puertas de servicio en el que paso unas 10 horas diarias, a la salida del metro, justo detrás del luminoso que utilizo cada mañana para saber si llego tarde y si efectivamente tenía que haber cogido la otra chaqueta (nueve de la mañana, seis grados) han colocado, como estandarte del inicio de la campaña, una enorme bandera vertical asida a una farola en la que se puede leer (o más bien, por su tamaño, no se puede dejar de leer) "VOTA PP".

Esta visión matutina me genera una angustia inesperada. Hasta ahora, y más allá de la inquietud lógica que llevan consigo los comicios, la precampaña me estaba resultando bastante divertida, una amante de la propaganda ingeniosa como soy no podía desdeñar las llamadas de Rajoy para preguntar dónde estoy o la canción del jubilado de moratalaz, pasando por los sofisticados videos de Isabel Coixet o el poema de Benedetti en boca de tantos. Y es que, al fin y al cabo, la campaña electoral no es más que una campaña publicitaria.

Sin embargo, esta ostentonsa exaltación me deja consternada, y me paro a pensar cómo es posible que una sola banderola azul, color que se utiliza en los cuartos de los niños y las consultas médicas por su valor relajante, pueda provocarme esta inquietud, que ni tan siquiera calman el montón de manchitas rojas desperdigadas a lo largo de la calle.

Zapatero me mira, muy poco fotogénico.
Somos más, dice.
Miro a mi alrededor... y tengo mis dudas.

viernes, 15 de febrero de 2008

10- Va a amanecer en plena noche (La chicana)

Ummm- dijiste- Qué rico, huele a pipas

A adolescentes en una escalera rodeados de cáscaras chupadas, a partido de fútbol, a tarde de domingo. A qué te olerían a ti las pipas. A mí aquella noche me olía a frío, a campo, a asfalto mojado, igual que aquel día que aterricé por primera vez.
Te miré de repente y eras un misterio, reconfortado con el olor a pipas, pensando quién sabe qué. Muchas veces te veía así y me gustaba pensar que cualquier día ibas a sentarme con gesto solemne y a confesarme que eras el menor de una familia de mafiosos, o que estuviste hace años embarcado en los mares del sur. "Miénteme, cuéntame una de piratas" te dije, pero no me oiste, o fingiste no hacerlo, y seguimos caminando calle abajo silenciosos, en el secreto entendimiendo de dos desconocidos.

Al fin y al cabo, no fue tan mal día.

Datos personales