miércoles, 3 de diciembre de 2008

49. El mejor amigo del hombre

Dos chicos y una chica, orondos los tres. Llegan juntos, y se coloca cada uno en un mueble. El chico se va hacia atrás y echa un vistazo distraído sobre los libros de misterio; una de las chicas se sitúa en la última mesa de literatura española y comienza a toquetear los libros de Vila Matas y la otra se pone frente a mí y me sonrie. Por un momento parece un atraco.

- Hola, qué tal, era para preguntarte por un libro de Josep Thomas
- Ajá, Josep Tho ¿sabes usted cómo se escribe?¿con th?
- Sí, sí, con th ¿no?
- A ver... no, no hay resultados así
- Prueba con h en Jhosep
- ¿Después de la jota? no pega ¿no? a ver... no, tampoco
- O despues de la p
- No, no hay resultados... ¿Sabe usted el nombre del libro?
- Eh... sí... Eh.... Alberto, ¿cómo era? - la mujer miró a Alberto que tenía la cabeza enterrada entre las páginas de un libro de Stephen King y no le contestó, me miró a mí de nuevo- Era"- murmullo ininteligible- el mejor amigo del hombre"

Escribo en el ordenador "El perro el mejor amigo del hombre", aunque tengo mis dudas

- Ehhh, no hay ningún libro con ese nombre y con un autor parecido
- ¿No? pues... Alberto, ¿no era así? "-murmullo ininteligible- el mejor amigo del hombre"- Alberto asiente sin sacar la cabeza del libro de King, que podía haber estado al revés
- ¿Cómo?
- "El - murmullo otra vez- el mejor amigo del hombre"
- Perdona - sonrío- es que no te entiendo

La chica se ríe, y se acerca a mí, confidente

- El pene, el mejor amigo del hombre
- Ahhh, el pene, sí, así sí, es que es Josep Tomas, así sin hache ni nada- La chica se sonroja, y se ríe como una niña, mientras piensa que lo peor ya pasó -No lo tengo disponible, pero puedo hacer un pedido
-Ajá, un pedido... no sé, es que no somos de aquí...

Entra entonces en juego la segunda chica, la que manosea a Vila Matas, y se acerca un poco, aunque no demasiado, como si pasara por allí, dispuesta a salir corriendo en cualquier momento y jurar que no los conocía de nada, y dice:

- Lo puedes pedir, lo puedes pedir si quieres y yo lo vengo a buscar- eso, valiente ¿y te atreverás a pedirlo en el mostrador?

Ya se giran las dos y miran a Alberto, que es un enorme tomate con patas

- Alberto, ¿qué hacemos? ¿Lo pedimos?, Maruchi dice que ella lo viene a buscar - Y Maruchi mira a Alberto con cara de sí, yo me atrevo, que soy una mujer moderna del siglo XXI

Alberto saca la cabeza roja del libro que podía haber estado al revés, mira a su novia lastimoso y sube los hombros al compás - ¿Sí?- Alberto vuelve a subir los hombros
- Venga, lo pedimos
- Muy bien- y juro que no disfruté con esto- pues acérquense por favor al mostrador central, que es ahí dónde le tienen que hacer el pedido a mis compañeros.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si hubiera ido de perros yo lo habría mandado a pedir... Pero así... Qué aburrido, ¿no?

Anónimo dijo...

jajaaaaaaaaaaaaaa. Cómo que no disfrutaste???? MIentes como una bellacaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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