Algunas veces, todo lo que quiero es leer. No un momento, toda la vida. Pienso en las cosas que me quedan por leer y me pongo feliz y un poco ansiosa. Quiero tener mucho tiempo para leerme el mundo. En esos momentos lo siento tanto por los nuevos escritores, que me interesan, me interesan mucho, pero no son ellos a los que imagino en esas orgías literarias. "Lo siento chicos, seguro que es súper interesante, pero yo es que tengo que leerme Paradiso, y El Ulises, y Crimen y Castigo, y 2666". Me pasa también con la música. Y con el cine, aunque menos, lo reconozco. Probablemente porque es algo que no puedo hacer mientras leo. Leer, oir música, ver películas, beber gintonics y escribir novelas. ¿Qué había que estudiar para trabajar de eso?
Luego, en la vida real, leo poco. Veo pocas películas. Oigo siempre las mismas listas del spotify. No escribo más que una lista de tareas, eterna, que nunca cumplo.
La vida real es una mierda. Niños, no la intenten en sus casas.
Luego, en la vida real, leo poco. Veo pocas películas. Oigo siempre las mismas listas del spotify. No escribo más que una lista de tareas, eterna, que nunca cumplo.
La vida real es una mierda. Niños, no la intenten en sus casas.
2 comentarios:
Yo igual, 6. Pero de repente llegan días en los que adelanto un montón y me arrebato de contento.
Misyú.
Me parece que me miro en un espejo! La vida de tantos muchos, que no es poco.
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